More shit... in a can

Pues sí... más mierda en una lata. Con este nuevo aspecto Starbucks me ha sorprendido. $2.25 por un café asqueroso, tal y como prometía la descripción en la lata: "Café helado, tueste italiano. Una ¿bebida de café? (¿qué es eso de bebida de café?) superior con un toque de leche desnatada y azúcar". Lo del "toque" es relativo, porque 22 gramos de azúcar son una cucharada sopera más bien, pero bueno... Ahora, que la culpa es mía por comprarlo. Al menos Vinh y yo nos hemos echado unas risas. Debe ser realmente complicado crear una "bebida de café" tan sumamente espantosa. Menos mal que creo que aún no ha llegado a España. Si lo hace, ahorraros el mal trago, y nunca mejor dicho, y los cuartos, que ya me los he gastado yo por vosotros.

Quizá el pobre café ha pagado el pato por el mal día que hemos tenido, y es que he comprobado con amargura que California no se reduce sólo a San Francisco y Hollywood, sino que hay ciudades muy muy muy "guetto", y nos ha tocado trabajar en una de ellas: Oakland. Pensé que su mala reputación igual no era merecida, pero me temo que sí lo es. No voy a colgar hoy las fotos de nuestros colegios porque no quiero asustar a la familia, pero con decir que San José es el paraíso comparado con lo que hemos tenido que ver hoy, ya queda dicho casi todo.

Menos mal que el día me ha endulzado la existencia, no con los 22 gramos de azúcar del "café", sino con algo mucho más dulce todavía: una carta de Xabier, uno de mis niños del cole de Villalba, en la que me cuenta que me quiere y se acuerda de mí (nótese el punto de la "i" en forma de corazón), y que hace un calor "monstruoso", aparte de que pronto es su cumpleaños (podéis hacer click sobre la foto para que se vea más grande en otra ventana). Así que por hoy no escribo más aquí, y me traslado al papel y al boli, y a la caligrafía modélica de cualquier profesora de primero de primaria que se precie.