Culo inquieto

Ya han pasado dos años desde que llegamos a California tras un paréntesis de otro año viviendo y trabajando en Madrid. El blog sigue su curso, esta vez más centrado en este "life'changing event" que nos está pasando. Y como siempre (o casi)el blog sigue llegando...¡¡¡EN ESPAÑOL!!! Sumamos y seguimos, y añadimos un nuevo miembro a nuestra familia: Sarita Do-Fernández.

miércoles, 25 de julio de 2012

Cuando me fui por primera vez, ya era demasiado tarde

Cuando me marché por primera vez, tenía tan sólo 23 años, pero ya era demasiado tarde. 
Cuando me marché por primera vez ya era demasiado española para ser siquiera algo americana. Para entender que la NHL les puede emocionar tanto como La Liga, o que su barbacoa puede ser tan sublime como mi gazpacho, o su educación y distancia tan aceptable como nuestro ardor. Si ahora me vuelvo a marchar, será aun más tarde porque he respirado dos años más aquí, porque mi corazón ha latido aquí durante dos años más y porque siempre lo seguirá haciendo, allá donde esté. Esta tierra tiene ancladas mis raíces. Quizá nunca llegue a tener las de mi hija, pero no hay nada que pueda hacer para zafarme de ella, de la tierra, de mi tierra.

domingo, 8 de julio de 2012

Guess who's back!

Hace ya dos años que no escribía. Me empeño en no dejarme tiempo, en afirmar que no lo tengo, cuando en realidad tengo el mismo tiempo que los demás mortales y simplemente debe ser que lo administro mal. Por eso, por una amiga de Flickr y porque ya era hora, vuelvo a escribir. Creo que retomar la escritura es bueno para el alma y es bueno además para recordarme que yo también soy importante al menos durante un ratito de las 24 horas que tiene un día. A un lado queda el trabajo y ahora que duermen, a un lado quedan mi marido y la niña. Ahora estamos aquí solos mis pensamientos, el teclado, la taza de té y yo. Con esta mini-entrada me quiero dar la bienvenida y recordarme lo bien que está mecido por letras, tildes y fotos.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Moving Back Home

Man, almost a year has gone by without me updating my blog and I finally do it to announce I am moving back to Madrid. Buh-bye California, hello El Escorial. WTF? What am I doing writing in English??? Pues eso, que como había empezado a relatar en inglés sin saber por qué, después de casi un año sin poner nada en el blog, vuelvo para anunciar que regreso a casa. Adios a California y hola al Escorial. Así de simple, or is it?
Mi vida ya jamás será la misma después de 10 años, no, 9 años aquí, y 9 años fuera de España. Extranjera aquí y extranjera allí vuelvo casada con un yankee, con una hija yankee-vietnamita-española y mucho lastre emocional y cultural. Por supuesto que echaré de menos esto, y por supuesto que me costará adaptarme a la vida madrileña, pero al final me imagino que me acabaré por acostumbrar, a aceptar y a eventualmente apreciar todo lo que ahora añoro y con algo de esfuerzo, todo lo español que aun me repatea. El blog no sé si seguirá su curso o no. La irrupción de Facebook en mi vida lo ha hecho pasar a un segundo plano, pero bueno, aunque no sigamos con él, espero que haya sido un vehículo para hacer a algunos de vosotros que me solíais leer pasar un buen rato.
Besos a todos y see ya when I see ya!

domingo, 9 de agosto de 2009

My To Do List

Ya hemos vuelto a casa hace 4 días y pese a no parar ni un instante para recuperar el resuello parece que mi lista de cosas por hacer, muy al contrario de disminuir, incrementa con cada nuevo amanecer. Amaneceres que vemos en primera plana ya que todavía seguimos levantandonos a las 4.30 am para aprovechar unas poquitas horas de sueño de la ex-bebé transformada en niña por obra y gracia del paso del tiempo. Sara nos deja hacer y deshacer mientras duerme, pero una vez que se despierta, la lista se queda estancada, y es que nos da tanto trabajo ahora que gatea... Aun nos queda limpiar el polvo, hacer la compra, planear los detalles de la celebración de su cumple el próximo sábado, encargar que nos impriman las fotos del verano, comprar cosas para la clase y los alumnos que conoceremos en 7 días, limpiar el coche (por dentro y por fuera), adecentar el jardín, hacer comida para Sara y dejarla congelada, e ir al ayuntamiento a poner una reclamación (larga historia).
A pesar de todo lo que se amontona, me encantan esta entrañable rutina que tanto he echado en falta y esta aparentemente apretada agenda, ya que tanto Vinh como la que suscribe necesitamos ocupar nuestro tiempo con recados y otras ideas que llenen las horas en las que , ahora que las vacaciones están tan recientes en mi retina, me da por divagar y comparar las grandezas y miserias de España y EEUU (costumbre que ya me aburre y a veces me pone enferma). Y horas que a veces hagamos lo que hagamos tan largas parecen junto a Sara. Nos sucede esto más aun después de haber pasado 7 semanas de demasiado ocio en Madrid, donde los días se sucedían muy parecidos entre sí y donde tanto descanso y relax al final nos ponían hasta un poco nerviosos.
Ahora que ya he tachado una de mis cosas por hacer en la lista, actualizar el blog, voy a ver si me tumbo, no sé si a dormitar o a pensar en más cosas que hacer.

viernes, 12 de junio de 2009

Todo Acaba

Y hoy lo hace este año que he pasado con Sara en casa. Jamás pensé que fuera a disfrutarlo tanto ni que fuera a pasar tan rápido como lo ha hecho, pero el tan temido día ha llegado hoy, y lo ha hecho regado por lágrimas que no puedo contenter. Es un día extraño y lleno de sensaciones encontradas porque todos mis amigos profesores están súper felices ya que es su último día de trabajo aquí en EEUU y en poco uno a uno se irán marchando a España. Nosotros también volamos el lunes y debería estar contenta como unas pascuas. No es así esta vez y es que a pesar de que entiendo que otras cosas nuevas y mejores estarán a punto de empezar ahora que termina esta etapa hoy no puedo atisbarlas. Hoy pienso en todas las veces que Sara y yo hemos ido a la piscina, la biblioteca, el gimnasio, el centro comercial, los columpios del parque, las fuentes... todas las horas que pasé en la mecedora dándole el pecho, la primera mañana que me aventuré a darle un potito de frutas, todas las fotos, las canciones de Rosa León, los llantos, los golpes, los libros leídos, la alfombra recorrida por ella, las comidas del pasapurés, las horas que ha pasado dormida en mis brazos y las horas que la he contemplado dormida en la cuna. Estas cosas seguirán sucediendo con pequeñas variaciones, pero serán mucho más esporádicas, ya que en agosto volveré a trabajar y hasta que agosto llegue me toca compartir a mi niña con amigo y familiares en Madrid.
Se me parte el alma en mil trozos al pensar que a partir de agosto Sara pasará 8 horas con una extraña mientras yo estoy lejos de ella y una vez llegue a casa sólo podré disfrutarla 4. ¿No es eso acaso contra-natura? Ha de serlo, porque si no, ¿de qué se me rompe el corazoncito cada minuto que este día le roba al reloj, cada día que la semana le come al mes?
Esta ha sido la mejor experiencia de toda mi vida y el verano es el final agridulce a la magia de ser madre que he vivido este año. Espero que todos lo disfrutéis allá donde estéis.
¡Nos leemos en agosto!

miércoles, 20 de mayo de 2009

Mi Cuerpo Serrano

La prueba del algodón, la indisputable, la que no deja lugar a dudas acerca del estado de mi cuerpo serrano, el de la sombra en la foto: la prueba del bikini.
El domingo pasado una fugaz ola de calor que apenas duró dos días me hizo refugiarme en la piscina, no en la cubierta en esas sesiones en las que voy con Sara y otra decena de mamás y sus bebés, donde la "igualdad de condiciones" nos hace zambullirnos sin inhibiciones, sin miramientos, sin vergüenza. No, el domingo fue en la piscina al aire libre del complejo de apartamentos donde vive una amiga, por cierto, también mamá y de silueta envidiable. Allí no estábamos todos en igualdad de condiciones: había jovencitas bronceadas, mamás cuarentonas (menos mal) y cincuentonas sin más. No quería mirar, no quería compararme, pero no me pude resistir, y con ello no pude evitar pensar por unos segundos que "cualquier tiempo pasado fue mejor". En realidad sé que no es así, que mi presente no lo cambio por ningún pasado, pero tampoco pude evitar echar de menos mi antiguo cuerpo. Es verdad que nunca fui una sílfide precisamente. Medir un metro setenta y tantos centímetros es lo que tiene: ser una chica "grande", aunque no gorda. Ahora estoy en una talla más, una 44 de la que no bajo ni por recomendación, y con una carne que no me parece la mía, en sitios en los que antes no estaba y con una consistencia cuanto menos inquietante. Ya sé que habrá quien diga que exagero, quien diga que estoy bien, igual que los hay que dicen que "estoy bien pero aun no he recuperado la figura". Será cuestión de aceptar que ya no soy lo que era. Entre chapuzón y chapuzón, modelito holgado y modelito más apretado, creo que este verano me tocará hacer ejercicio de auto-aceptación en un intento de asumir no sólo mi papel sino ahora también mi imagen y mi cuerpo de madre.

sábado, 25 de abril de 2009

También Nació en el Mediterráneo

Murciano de nacimiento, madrileño (y del Atleti) de crianza, ruso de prestado y ciudadano del mundo de sentir, mi abuelo andará ahora reconvertido en genista o en pino, o en amapola, que es roja y eso a él le habría gustado mucho más. Mi abuelo Juan, que por poco no llegó a saber del alumbramiento de Sara, por algo más de tiempo no llegó a tenerla en sus brazos no dejó que le viera sólo una vez más. Tiempo... eso era lo que él pensaba que no tenía, y vivió más de 9 décadas pese a su frágil salud de hierro.
En Julio hará un año que ya no está sentado en su butaca bajo la claraboya esuchando la radio, un año que no cuenta sus pastillas de colores al desayuno, que no me llama "chatilla", que en su mente no suenan tangos de Gardel. Tiempo... tiempo el que me faltó a mí para despedirme, sin saber en las navidades del 2007 que aquella noche antes de salir con rumbo a Barajas sería la última vez que le vería.

Si algun día para mi mal
viene a buscarme la parca,
empujad al mar mi barca,
con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.
Y a mi enterradme sin duelo,
entre la playa y el cielo.

En la ladera de un monte
más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista.
Mi cuerpo sera camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista.

Cerca del mar, porque yo...
nací en el Mediterraneo.

jueves, 16 de abril de 2009


Cada día sale el sol, y él alumbra los descubrimientos de la pequeña Sara. Este mundo manido, gastado, a veces aburrido y predecible es un lienzo en blanco para ella, y hasta lo más trivial ante mis ojos es algo fascinante ante los suyos. La envidio por ello y la compadezco al mismo tiempo, porque ella no lo sabe, y me alegro de poder disfrutarlo a través de los ojos de una madre, que son muy distintos a los de una hija que no tuvo descendencia aun.
¿Quién sabe cuál llamará su atención hoy? Quizá el salpicar del agua en la cara al agitar las manos en ella; el sonido de un beso gordo en ese pliegue del cuello; la suavidad del pelo de Neo; los destellos del sol al pasar a través del panel de cristal de la ventana; cómo sabe una fresa; el calor que sale del secador; el olor del detergente en la ropa recién lavada; el dolor de la uña al rasgar la piel; las cosquillas del pelo de mamá en la frente; el sonido de dos cucharas al golpearlas; que papá sale y se esonde tras el quicio de la puerta por cuanto tiempo Sara decida reirse; que la risa desatada acaba por hacer a la tripa doler; las cosquillas de las puntas de mis dedos en la planta de sus pies; que las lágrimas que uno llora son siempre saladas, a veces incluso amargas; que a la noche, la luz se va pero vuelve cada día para descubrir nuevas cosas.

miércoles, 25 de marzo de 2009

The First Time Ever I Saw Your Face

The First Time Ever I Saw Your Face


The first time ever I saw your face
I thought the sun rose in your eyes
And the moon and stars were the gifts you gave
To the dark and the empty skies, my love,
To the dark and the empty skies.

The first time ever I kissed your mouth
And felt your heart beat close to mine
Like the trembling heart of a captive bird
That was there at my command, my love
That was there at my command.

And the first time ever I lay with you
I felt your heart so close to mine
And I knew our joy would fill the earth
And last till the end of time my love
It would last till the end of time my love

The first time ever I saw your face

domingo, 8 de marzo de 2009

A mis bichos

Alicia, otra escritora que nos obsequia con un blog que siempre me parece cercano y encantador, hace poco hacía mención de su relación con los animales desde su infancia hasta el momento presente. Leyéndolo y comentando en su blog, me di cuenta de que no creo que jamás le haya dedicado unas líneas a los bichos que más quiero en este mundo, así que no podía dejar de repescar mi propio comentario y ponerlo hoy aquí -sin erratas- a modo de entrada (aunque la idea hoy no sea muy original) para que todos sepan de Chispa, Zar, Pintas, Chica, Pancha, Mimo y Neo.

Los animales... yo de pequeña vivía en un piso y mi máximo afán era tener un caballo guardado en el trastero o el cuarto de basuras del portal, ya ves tú. A falta de espacio, pusimos un acuario, pues mis padres se negaban a tener perros pequeños y los grandes, que son los que más nos gustaban, no merecían vivir recluídos en un piso, mal que me pesase a mí. Después a los 11 años mi paciencia se vio recompensada, y al irnos a vivir a una casa de planta baja y muuuucho jardín, llegó a mi vida un chuchillo callejero a quien unos desalmados le cortaron el rabito y arrojaron a unos matorrales, mitad golden retiever, labrador y quién sabe qué más. Obsequio de mis abuelos, quienes la recogieron de manos de una señora que salía del veterinario con ellla y dos niños y ante la imposibilidad de cuidarla, Chispa se instaló en nuestras vidas. Lista como el hambre y cariñosa a más no poder, Iscra ("chispa" en ruso, y así bautizada por mi abuela) se convirtió en mi primer perro, seguida de Zar, un Husky desquiciado por vivir en un piso en pleno centro de Madrid. Ambos murieron de viejitos, Chispa llevada por un cáncer y Zar por la mala leche que tenía, no me cabe la menor duda. Les siguieron Pintas, una gata mala pero a cuya madre mató Chispa y con quien contrajimos una deuda y nos sentimos obligados a acogerla. Luego Chica, otra perrita callejera, negra y algo asustadiza, a quien se llevó un maldito tren por delante. Ahora con mis padres viven Pancha, una pelanas encantadora que peca de tontorrona de tan buena que es, y Mimo, un gato negro , cobarde y algo pendenciero al mismo tiempo. En mi casa tenemos al llorica y amoroso de Neo, otro gato a quien adoptamos aquí en Cali, que viajó a España con nosotros y lo hizo de vuelta aquí, y quien tiene pasaporte. Quién sabe cuantos más animales nos acogerán en sus vidas a mí y a mi familia en el futuro.

sábado, 7 de marzo de 2009

¿Estamos locos?

El pasado viernes nos invitaron a mi amiga Sonia y a mí a comer al Google plex. Para quienes no sepan qué es eso, se trata de un campus de oficinas de la empresa Google al que indefectiblemente voy a parar cada vez que sigo uno de sus mapas y me pierdo, qué ironía, ¿verdad? Está en la ciudad de Mountain View, pegadito a la bahía de San Francisco y rodeado aparte de por agua por un costado, de explanadas verdes y arbolado. Ni casas, ni tiendas, ni nada. Tecnología punta en medio de la bahía de San Francisco.
Seguimos a nuestra amiga en nuestros coches hasta el aparcamiento, donde nos recibió un "aparca-coches" que amablemente nos indicó dónde estacionar. Sacamos a nuestras tres bebés y nos encaminamos hacia el interior del complejo. Entramos en uno de los edificios y lo primero que llamó mi atención fueron los sofás y "pufs" donde dormitaban lo que yo etiqueté de científicos locos, o "techies" que descansaban en esas piezas de mobiliario con los colores consabidos de google: azul, amarillo, verde, rojo. En las paredes, aparte del menú que cada restaurante ofrece, colgaban diferentes páginas de Google de diferentes países y con diferentes decorados. Muy coorporativo todo.
Pasando una puerta de cristal se encontraba un lugar donde se dejaban las bicis, y un poquito más allá se atisbaba un letrero que indicaba el camino al gimnasio y otro al restaurante. Me preguntaba cuál de ellos, porque de camino al edificio ya había visto yo unos cuantos. Nuestra amiga escaneó su pase de empleada y tras introducir nuestros nombres en una máquina, salieron impresos dos pases adhesivos para Sonia y para mí. Con ellos en la pechera y cara de fascinación como si estuviéramos en Disneylandia, nos encaminamos a "Charlies", donde había comida sin fin: hindú, china, japonesa, bar de ensaladas, de sanwiches, de helado, de frutas, de postre... máquinas expendedoras de bebidas... y el área para sentarse a comer con mesas pegadas a paredes de corcho con chinchetas y ordenadores para aquellos que comían y trabajaban, una amalgama de gente de todas partes del mundo y mucho bullicio.
Terminada la comida nos fuimos al centro de reciclaje, donde muy cuidadosamente tuvimos que deshacernos de cada contenedor y resto orgánico ante la atenta mirada de un chico que te ayudaba si como yo eres trope y no sabes dónde van los palillos, el potito de Sara y el paquete de leche en polvo aun con restos orgánicos.
Nos fuimos al aseo a cambiar los pañales de las niñas, y acabamos en la "maternity room", lugar diseñado para que las madres lactantes que ya han vuelto al trabajo puedan sacarse leche con total confort y discreción. Y de ahí al parking otra vez, esta vez reparando en un camión tipo Cruz Roja pero donde no se da sangre sino donde te cortan el pelo. Podíamos haber hecho la colada, pues también tienen ese servicio, o cambiar el aceite al coche, o habernos dado un baño en la piscina si el tiempo y la indumentaria hubieran acompañado mientras las niñas esperaban en la guardería, que también la hay.
Mi amiga Sonia estaba deslumbrada por lo que parecía un ambiente de trabajo tan amable. Yo al final me sentí un poco atrapada y horrorizada, pues veía a un gigante exprimiendo a sus empleados, seduciéndolos para que no vieran la necesidad de volver a sus casas, con la productividad a todo coste como lema. Google me pareció pues algo así como un caramelo envenedado.

lunes, 2 de marzo de 2009

Volver a Empezar


Volvió a empezar mi vida de la "era pre-Sara". No pensaba yo que la época de recién nacida de Sara duraría tan poco, o al menos pensaba que no pasaría más rápido que cualquier otra. Incrédula ante esos "aprovecha ahora, que el tiempo pasa muy rápido" de cuantos amigos y conocidos con bebés escuchaba, no sabía de qué podían estar hablando. Antes los meses pasaban. Ahora los meses ya no pasan, sino que vuelan. El período que ha cambiado mi vida para siempre se ha compuesto de 2 + 9 meses de embarazo(s) y 7 meses con Sara entre nosotros. Más de 19 de maternidad en estado puro y más de medio año en el que mi vida ha dado la vuelta casi completa y este fin de semana me veo volviendo a lugares y rutinas ya conocidas que casi había olvidado: cenas, cerveza, cócteles, la regla, hablar con mis superiores de mi reincorporación al trabajo, llevar un bolso... Cosas mundanas y triviales que la maternidad apartó de mi lado durante casi dos años. Ha sido durante este fin de semana cuando me he bebido plácidamente un cóctel de albahaca, zumo de manzana, vodka y licor de melococtón mientras cenaba a media luz con Vinh, que a mis ojos ya ha pasado de ser sólo el padre de Vinh a volver a ser mi marido; me he bebido una pinta de cerveza comiendo con amigos; dos copas de albariño desgustando una paella; he estrenado un bolso que ha remplazado por unas horas a la "diaper bag" (la bolsa del bebé con todos sus enseres), y ni siquiera lo he colgado del carrito, sino que me lo he puesto en el hombro con orgullo y coquetería. He vuetlo a llevar hasta un jersey sin hombros. Y he aparcado definitivamente los sujetadores de lactancia. Y todo esto me ha ayudado a sentirme un poquito más "yo", y menos "nodriza", aunque Sara, sus sonrisas y sus lágrimas, sus pañales y sus puñitos cerrados al dormir en mi regazo me recuerdan que, de tener un hermanito, todo aquello que he acariciado con la punta de los dedos este fin de semana podría volver a desvanecerse y el aquello que los agoreros me decían pasaría volando para no volver, también podría volver a empezar (y la posibilidad de que así sea, me conmueve y me encanta).

martes, 17 de febrero de 2009

Viejos y Mayores


La diferencia entre Sara y nosotros es que ella se hace mayor, mientras que nosotros envejecemos. Aquí están sus últimas fotos y vídeos.

viernes, 23 de enero de 2009


Y buen día se acabó la calma, esa balsa de aceite sobre la que navegábamos a la deriva. Así, la casa se llenó de sonrisas, de llantos y encías en erupción, de miradas curiosas y carcajadas. Aun en días de lluvia, la casa se llenaba de sol, y en días de tedio, se llenaba de todo lo que importa, del sentido de la vida, de vida en sí misma. Las horas pasaban monótonas pero distintas, con nuevas muecas, nuevos logros y nuevos retos. Ella se iba desplazando por el suelo, iba echando mano a cuanto encontraba en su camino y gimoteaba cuando no lo conseguía. Y entonces yo la abrazaba, la arrullaba y la consolaba. Comenzaba un fluir de leche e instintos primarios, y la casa se llenaba de nanas, de párpados cansados, de sábanas calientes y ojos derrotados, de olor a pan calentito, a talco y a colonia.
Los días se sucedían como las cartas que caen en un castillo de naipes, y el tiempo me enseñaba a atesorar aquello que de seguro acabaría por acabarse.

miércoles, 14 de enero de 2009

¿Espejismo?


Dicen que cuando se camina por el desierto extenuado por calor, sed y cansancio, se ven espejismos, como el famoso oasis de agua dulce y palmeras. Pero estos oasis no son sino producto de la imaganición. Pues bien, yo me encuentro un poco en la misma situación que el cansado viajero que cree ver el oasis: hace menos de 24 horas que he aterrizado en mi ya querido San Francisco y de repente, como por efecto de la toma de tierra del avión, no sé si estuve en Madrid realmente o si sólo fue un sueño. ¿Cómo es posible que la nieve, el caos del aeropuerto, los vapores de las ollas de mi madre en la cocina, las charlas con amigos, los polvorones, el olor del champú español de Sara, los maullidos de Pintas y los ladridos de Pancha, los regalos, Pocoyo, los viajes en tren y en metro y el sabor del pan candeal queden ya tan lejos como por arte de magia? Sé que no lo fue, que esta estancia no fue un espejismo, y odio el efecto del viaje en mi memoria, pero me acostumbro a vivir con ello mientras saco bártulos de las maletas y me afano en no olvidar, en sentir y en echar de menos.


domingo, 14 de diciembre de 2008

Balance

El 2008 se nos va, como lo hacen todos por estas fechas, y al hacerlo a mí siempre me da por elaborar el balance de los días que caducan y pronósticos para los que están por estrenar.
El 2008 ha sido el año más feliz de mi vida, aunque también el más agridulce porque ha sido el más triste para algunas amigas, por la muerte de mi abuelo, por la paradoja de que se extingue una estrella cuando nace otra nueva. Sin duda ha sido Sara la protagonista del año (haced click aquí y podréis ver sus últimas fotos) y no hay que ser un genio para saber que lo seguirá siendo en muchos años venideros. El 2008 también lo recordaré por no trabajar, la visita de mi madre, la crisis, un verano sin estar en España, la Eurocopa y la copa Davis, Obama, las canas, Facebook y los experimentos culinarios tanto de Vinh como los míos propios. El año de nuevas amistades que prometen ser duraderas y de la sequía. De muchos nacimientos además del de Sara. De lluvias y nieves otoñales. De la televisión por internet y de los grandes éxitos de Rosa León. El año de otro balance, el más breve pero el más feliz.
En cuanto a los pronósticos no me atrevo a presagiar, pero sí a desear. Deseo toda la salud y la felicidad para Sara y para todos aquellos a los que quiero de una forma u otra, de aquellos a los que conozco en persona y a los que no, a los que están lejos y cerca. Que Vinh apruebe su exámen de español y que el telediario no sea tan gris. Deseo trivialidades, como que el Madrid gane la Liga, que me sigan llegando paquetes de surtidos ibéricos por correo o que encuentre billetes de avión a precios asequibles para celebrar el cumpleaños de Sara en la sierra madrileña. Deseo que el año pase tan feliz que se me olvide que formulé deseos porque se van cumpliendo todos. Y de momento os deseo a todos los que me estéis leyendo esto unas muy felices pascuas y un 2009 que no sea peor que el 2008. Hasta el año que viene, bloggeros.

jueves, 27 de noviembre de 2008

No me gusta

No me gusta la fiesta de acción de gracias. Para empezar, no me gusta el pavo, que lo haga quien lo haga y se pongan como se pongan, es seco. Ni el relleno, ni la salsa de arándanos, ni el hecho de que los ingleses que llegaron abordo del Mayflower y los indios americanos seguramente comieran marisco, más propio de la zona de Plymouth que el pavo, y bueno, eso suponiendo que comieran en comandita y armoniosamente.
No me gusta que está todo cerrado menos el Seven Eleven y el Blockbuster. No megusta la fiesta de acción de gracias, no señor, ¿o sí me gusta? Hoy al menos la fiesta me ha reconfortado con las vacaciones de mi maridito, que ha aprovechado y se ha llevado a Sara a dar un paseo. Y así, aquí me veis, en casita sola para descansar, que Sara lleva en marcha desde las 4 de la madrugada. Solita para echarme una siesta o "nadear", y para darme cuenta de que soy yo, Susana, la de siempre, y no solo la mamá de Sarita. Sola desde hace muchos meses. Bendita soledad y bendito día de acción de gracias.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Primer...

Primeras veces. Cambio. Pasar de un estado a otro. Eso es lo que últimamente me da la impresión que hacemos por estos lares.
Cambios a diario son los que veo cuando estoy con Sara, y más aun si cojo fotos de hace un par de meses, o incluso tan solo semanas y miro cómo ese bebé recién nacido, amarillito, chiquitito, algo aburrido y súper dependiente se está transformando en una personeja sonriente de ojos pícaros, genio incipiente y manitas capaces de agarrarlo casi todo, incluso ese chupete babeado hasta la saciedad, y llevárselo a la boca. Esa personeja ha vivido por primera vez el despegue de sus papis, y sus papis el despegue de su niña, cuando hace tres días fue desterrada a su habitación, esa habitación que con tanto esmero, cariño y dedicación habíamos decorado incluso antes de haber llegado ella a nuestras vidas. Sara ya no cabía en el moisés y ha pasado a ocupar su cuna, e indefectiblemente la que suscribe ocupa ahora el sofá cama junto a ella, y a ratos con suerte mi propia cama, siempre con el monitor bien cerca para escuchar cada movimiento que hace allí tan lejos, un tabique más allá.
Sara también vive su primer catarro, con sus toses y su congestión nasal, su picor de ojos y su boquita abierta, como pez fuera del agua.
Cambio es lo que se vive en EEUU, por el que todo el mundo me pregunta y me insta a escribir y analizar. Mi ocupada vida de madre me roba el tiempo que en otros momentos podría haberle dedicado a analizar este evento, pero aun así, no me puedo escapar a él. Sé que soy testigo de un momento que aquí igual que en España no se han cansado de calificar como histórico, porque asistimos a la presidencia de un afro-americano en la casa blanca. Se les ha llenado la boca de "cambio", "esperanza" y "primer". Yo acojo dicho acontecimiento con escepticismo y recelo, con "ojalás" y "ya veremos". El legado que la administración Bush ha dejado no sólo a este país sino al mundo entero es una buena pila de mierda, con perdón de la expresión. A poquito que el presidente electo haga, ya quedará como un mejor presidente, así que el reto en ese sentido no es tal reto. Pero al mismo tiempo, hay tanta mierda que limpiar que la tarea se me antoja un esfuerzo numantino que 4 años no darán de sí para poder sufragarlo y que para su desgracia, no le dejan en muy buen lugar a Obama haga lo que haga, ya que siempre se le podrá reprochar que no hizo esto o que aquello otro fue un desastre durante su mandato. Pero bueno, bien es cierto que ya se ha enacargado él de decir abiertamente que no será fácil ni rápido. Así pues, pese a que ha ganado mi candidato favortio, realmente no sé si el término "ganar" es apropiado ya o no. En cuanto al cambio de momento el día a día aquí en California, estado que por sí solo sería la sexta potencia mundial, transcurre igual que lo haía antes del 4 de noviembre. Imagino que Joe el fontanero también sigue igual que hace unos meses. Eso sí, yo tengo mi dósis de cambio garantizado en casa, con cada sonrisa, cada tos y cada noche en el sofá cama.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Progreso

Las profundidades de internet a veces se me antojan insodables. Cuando sentía que estaba ya todo inventado en este terreno, aun a sabiendas de que no lo está, y cuando empezaba a hacerme a la idea de que yo ya no necesitaba nada más, va televisión Española y me pone un menú de su programación a la carta, para poder acceder a los programas que yo quiera y cuando quiera, hasta donde quiera siempre y cuando tenga acceso a internet. He comprado un cable, he conectado mi imac a la tele de alta definición et voilá, veo el telediario como si en lugar de estar en California estuviera en El Escorial.
Cuando temía que mi divagar quedaría en olvidados diarios de papel, voy y encuentro un espacio, este espacio, donde poder explayarme e incluso ilustrar mis ideas. Y cuando suponía que no vería a mis padres y amigos en meses, me enganch a la vídeo-conferencia.
cuando me vine aquí hace 8 años y sospechaba que me quedaría descolgada de las noticias de España. los veteranos profes que por aquí pululaban no tardaron en enseñarme El País (edición digital). Y cuando pensé que mis amigos eran los de siempre, que son aquellos con los que laboriosamente mantengo el contacto mediante el teléfono, la ocasional tarjeta navideña o el email y que aquellos que "perecieron" en el camino con el paso de los años se habían perdido inevitablemente y por siempre, va una amiga y me habla de facebook.
Y en un día como hoy han sido ese periódico sin papel, la red social de facebook y el todopoderoso google los que se han aliado y me han permitido contactar con un antiguo compañero de la facultad. E indagando acerca de aquello a lo que se dedica yqué ha sido de él en estos... ¿10 años? de suma distancia y desconexión, he llegado a un artículo que publicó en un blog que me ha hecho reflexionar acerca de internt, del progreso (pero no en mayñusculas, sino progreso del de andar por casa). Parece que tanto sospechar, temer, pensar, suponer y en definitiva elucubrar me ayuda a hacer gimnasia mental para paliar lo vago que tengo a mi cerebro de unos años a esta parte.
Ícaro, ese compañero de la facultad al que tanto aprecié en los 90, hablaba de unos mensajes desde el futuro:

Lo sé, hay calendarios estupendos y pertinentes sistemas de alertas online y yo mismo uso alguno. Pero seamos honestos, seguro que al igual que muchos de vosotros, yo me paso el día mandándome correos a mí mismo con cosas importantísimas, leves o directamente idiotas. Mandarse correos a uno mismo es todo un reto a la productividad: hay herramientas mejores para este tipo de tareas, pero el hecho de enviarse a sí mismo un mensaje es como una combinación de previsión, recuerdo y urgencia todo a la vez.
Podéis venirme con que soy un zoquete y que un buen uso de iCal o GCalendar junto con Sync y cualquier dispositivo móvil (como una BlackBerry) me ahorraría todos estos envíos a mí mismo y tendríais razón. Pero pienso seguir haciéndolo: el auto-correo es como un sustitutivo del cerebro: delegamos la memoria a la carpeta de entrada del programa de correo.
(...)
Internet está lleno de rincones para arruinar la productividad. Distruta de éste.

Y yo, reflexionaba:

Disfrutando de este rincón estoy. Pero me da que pensar: estos sistemas de alerta son sustitutos de ¿aquello para lo que debería funcionar un calendario o más bien el cerebro? Cuando era más joven, yo solía acordarme de esas fechas de conciertos, reuniones, cumpleaños e incluso la lista de la compra a la que te refieres, o al menos usaba otros trucos más rudimentarios (véanse chuleta en la mano, cambio de muñeca del reloj o lista de la compra en papel). Luego me fue regalada una PDA, descubrí google... y de ahí hasta ahora no he fomentado las sinapsis en mi coco y la memoria me juega malas pasadas ¿por haberme acostumbrado a estos sistemas de alerta? Yo creo que abuso de estos "gadgets" (la falta de sueño y la lejanía de España me impiden buscar el término adecuado en español), y aunque me da rabia, ahora ya no sé vivir sin ellos. Internet está lleno de rincones para arruinar la productividad, es cierto, pero cómo molan.

Foto: This illustrates in 3-D the actual domains and connections of the world wide web. Colors have been added to represent .edu, .gov, .com, etc. domains. Fuente: http://www.vlib.us/web/worldwideweb3d.html

sábado, 1 de noviembre de 2008

Leve

A veces la vida pasa de puntillas y sin hacerse notar. Pasa como una mirada de soslayo, se desliza como una sombra en la penumbra, apenas perceptible. Así está pasando este otoño, con octubre ya acabado y noviembre a estrenar. Sin estrépitos, ni tormentas, ni olas de calor, con sonrisas y sin lágrimas. Pasa el otoño con sus días cayendo como un castillo de naipes soplado por el viento, como un hilillo de agua que se escapa por una grieta, como la araña silenciosa y ligera que mora en las esquinas. Leve como el vuelo del diente de leon.

miércoles, 15 de octubre de 2008

VACACIONES

Esta semana el papá de Sara tiene vacaciones, y las dos féminas de la casa no podríamos estar más contentas por ello. Nos encanta el asueto de estos macro puentes con que el distrito obsequia a Vinh, poder disfrutar de su presencia, de ratos de ocio en diferentes lugares y con diferentes actividades, el remoloneo hogareño en estos días de frío que tanto invitan a quedarse aquí adentro... en fin, lo que son unas vacaciones otoñales en toda regla. Pero, ¡un momento! ¿Estoy yo de vacaciones? Por un lado siento que sí, porque no estoy trabajando, ergo de vacaciones estoy. Aunque por otro, si no estoy trabajando durante un año entero, tampoco estoy descansando de ello durante esta semana. Al mismo tiempo, no diría yo que esté de año sabático, ociosa y despreocupada de la vida, ya que trabajo pero de otra manera. ¡Ay, qué lío, que ya no sé si estar contenta por las vacaciones o no! Quizá el diccionario me pueda aydar a resolver esta duda existencial. Veamos...
Dice la Real Academia de la Lengua Española que "vacaciones" es el "descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios". Así pues no creo que se pueda decir que yo esté de vacaciones técnicamente. De todos modos, con Vinh en casa mi actividad habitual del cuidado de Sara, si bien no cesa sí que se hace menos cansada porque está más compartida. Sea como sea, por ese semi-descanso y por el ambiente festivo de Halloween, acción de gracias y navidades a la vuelta de la esquina, sí que me siento un poco de vacaciones. A decir verdad, en este país en el que las fiestas y celebraciones son tan seguidas (eso daría para otra entrada del blog por separado) es difícil no sentirse como en una especie de estado de vacaciones perpetuo, o por lo menos si no de vacaciones, sí de lo más festivo.

viernes, 3 de octubre de 2008

Ajo

Esta mañana, cuando el despertador marcaba las 9:15, me han despertado los gruñiditos de Sara, que se desperezaba en su cunita, aún a caballo entre el sueño y la vigilia. Me he asomado por encima desde mi cama y he visto como sus dos ojitos batían los párpados como alas de mariposa, despacito al principio, y más rápido después. Hemos saludado al sol, a las cosas de la habitación y a la nena, y poco a poco, al ir reconociendo que estaba despieta y con mamá, Sara me ha obsequiado con la más grande y la más desdentada de las sonrisas, para luego regalarme ajo, ajo y más ajo. Habla por los codos, pone las caras más risueñas que he vsito en mi vida, me reconoce, se muestra feliz, y yo no quepo en mí misma de felicidad. Podría pasarme así mirándola toda la vida, con ella en brazos, toda la eternidad. Es tan tierna, tan cálida, tan inocente, y huele tan bien... Me la como a besos sin miedo a que se gaste, apurando cada minuto de esta fase, que no sé cuánto durará, con curiosidad por saber qué deparará la próxima pero sin prisa por que llegue, ya que sé que en algún momento se acabarán sus "ajos" para dar paso a otras cosas mejores.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Otra perspectiva

Es refrescante y sorprendente mirar lo que vemos cotidianamente a través de los ojos de aquel que lo mira por primera vez. Ahora que paseo a solas con Sara y no de la mano de mi madre repaso todo aquello que le llamó la atención durante su estancia: los árboles de júpiter, las ventanas sin visillos de las casas, la falta de ancianos en los parques jugando con sus nietos... ¿Cómo es posible que Conchi reparase en tantísimas cosas que yo, después de haber pasado 7 años camino de 8 aquí nunca he notado? Gracias a ella, ahora lo veo todo distinto, lo cual es enriquicedor pero al mismo tiempo deprimente, deprimente porque la echo más de menos. Ahora cada cosa y cada lugar me recuerdan a ella, y lo que no me recuerda a ella, me da lástima porque ella no lo vio. A pesar de mis esfuerzos porque ella lo viera todo, siempre se quedan cosas en el tintero. Me gusta fantasear y pensar que puedo empezar a hacer una nueva lista como la que hice en junio y anotar en ella todas esas cosas que le enseñaría en una futura visita, pero sé que eso es muy difícil, por no decir imposible. Al mismo tiempo, sigo manteniendo la esperanza de que no hubiera necesidad de otra visita porque dentro de no tanto tiempo mi pequeña familia yankee y yo estaremos en Madrid aposentados de por vida. Y a todas estas reflexiones llego paseando por las calles de San José, viendo sus rincones fotografiados e inmortalizados en vídeo por mi madre, que siempre me da otra perspectiva ante las cosas.

martes, 16 de septiembre de 2008

Malabares

Hoy no he salido de casa, bueno, no hemos salido de casa ni Sara ni yo. El día ha sido gris, muy nublado y frío, lleno de siestas de Sara y horas de su sueño aprovechdas para cocinar, lavar pijamas y bodies, adecentar la casa... Son las cinco de la tarde y apenas acabo de terminar de arreglarme. Aunque no sé si saldré de casa, me obligo a mí misma a pintarme "el ojo" cada día, a no dejarme, a que cuando venga Vinh a casa se lleve una sorpresa agradable al verme. Pero en días como hoy no es fácil. Las horas se me escapan como arena en un reloj y a pesar del paso del tiempo y de todo lo que durante ellas hago, nada cambia a mi alrededor.
Me pregunto cómo lo haré cuando Sara duerma menos. Seguramente no pueda con todo como ahora lo hago y por eso cada día me repito que tengo que aprender a "let go" como se dice por aquí, a intentar no abarcar tanto y tomarme las cosas con más calma. Si no se puede fregar los cacharros un día, pues no se friegan. Si no se hace la cama, pues no se hace. ¡Je! Parece muy sencillo así dicho, pero la verdad es que no sé yo si voy a ser capaz. A veces creo que soy un poco maniática: los cojines del sofá, siempre colocados de una forma determinada, como los de la cama. La ropita de Sara, doblada de esta otra. Y es que como algo no esté en su sitio, me molesta. Es como una mosca zumbando a mi alrededor. Aunque desvíe la vista de ello, la idea me persigue. Eso no puede ser bueno. En cierto modo no me importan mis manías porque estoy acostumbrada a hacer malabares con varias tareas y cosas pendientes por hacer, hacerlas y sentirme bien por ello. Pero siento que con Sara me debo más a ella. Ella debe ser mi prioridad. Y de verdad que atesoro cada momento que paso con ella. La veo dormir y se me cae la baba. Hace sus gorgojeos, y se me hace el culo pepsicola (con perdón). Pero no es fácil esta transición, pensar que estoy en casa no para hacerme cargo de la casa, sino de Sara. Mi trabajo a tiempo completo ahora es el de ser madre por encima de "ama de casa". Aun no me hago a la idea de que lo soy, de que soy mamá. Supongo que eso de ser madre no se nace, sino que se hace. En mi caso parece que se hace a fuego lento. Será que entre el fogón, las compras, la cama y el polvo, no me doy cuenta de que mi vida ha cambiado.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

De cine

Cómo me gusta el cine, y qué suerte tengo de estar ahora en San José, y no en Madrid, por ejemplo. Decía Luis Eduardo Aute aquello de "cine, cine, cine; más cine, por favor, que toda la vida es cine y los sueños, cine son". Y esa canción siempre me ha gustado, porque describe mi sentir acerca del cine y cuánto me gusta. No me refiero sólo a ver buenas películas, sino el acto de ir al cine en sí. Y si decía que tengo suerte de estar en San José y no en Madrid es porque hemos descubierto que aquí, eso de tener un bebé recién nacido no es un handicap para ir al cine, sino una ventaja: descuentos, horarios flexibles, y lo más importante, la oportunidad de hacerlo sin tener que aparcr al bebé con una canguro o los abuelos.
Ayer fuimos a la sesión de la 7 de la tarde a ver "Traitor", una película sobre el terrorismo islámico que acaban de estrenar. Ese es uno de los bonus de estos "diaper days" (días de pañales es cómo se hacen llamar estas sesiones para padres e hijos): no echan pestiños del año de la polca sino películas actuales. ¿Más ventajas? La entrada además tiene 3 dólares de descuento si la sesión es matiné. También gozamos de descuentos en restaurantes cercanos presentando el ticket. Por si todo esto, sumado al hecho de que los papis y mamis podemos ir al cine, fuera poco también ves a otros padres que están en tu misma situación: meciendo en brazos a un recién nacido, andando detrás de otro que decide gatear por el suelo, corriendo detrás de la que da vueltas alrededor de las butacas, la madre que se saca "la teta", el padre que saca el biberón... el ambiente es un tanto pintoresco, por llamarlo de alguna manera, pero me parece una idea estupenda que si no la tienen en España, alguien debería exportar, porque los padres también somos espectadores.

martes, 2 de septiembre de 2008

Ay pena, penita, pena


Ni me he puesto folclórica ni pretendo que estas últimas entradas del blog le den un aire desesperado ni triste. No es ese mi estado de ánimo con el terremoto Sara alrededor, pero hoy no podía dejar de mencionar el evento de la semana: la vuelta de la abuela Conchi a España. Después de 5 intensas semanas con nosotros, mi mami vuelve a su hogar, que está en Madrid con mi padre, con Pancha, Pintas y Mimo (la perrita y los dos michinos). Su hogar está muy lejos del mío, aunque a estas alturas de la vida sigo sin saber muy bien dónde está el mío.

Dentro de 7 horas se irá, pero no lo hará igual que vino. Conchi llegó a San Francisco siendo hija y siendo madre. Ahora regresa huérfana de padre, ya que mi abuelo murió a los dos días de llegar aquí; y regresa siendo abuela, un galón que se le otorgó aquél 29 de julio de 2008. Quizá porque ahora yo soy madre entiendo mejor lo duro que ha de ser para ella dejar a su hija y ahora también a su nieta en este continente que queda tan a desmano de Madrid. Así que nos quedamos todos con un sabor agridulce parecido al de la cocina china: tantas alegrías después de un mes más que intenso, pero esa pena, penita, pena de tener que separarnos una vez más hasta dentro de 3 meses.

Conchi se va con los deberes hechos: pañales cambiados, mimos y besos derrochados y asistencia técnica con tareas varias de la casa: lavar, plachar, barrer, aspirar, fregar, coser, cocinar e incluso acondicionar el jardín y el patio con flores que le dan más alegría al lugar. Paisajes vistos, compras hechas, regalos empaquetados, turisteo puesto en práctica y, como suele suceder en estos casos, con una maleta más de con las que vino.
Supongo que se me hará un mundo empezar una nueva rutina yo solita entre estas cuatro paredes, sin nadie con quien hablar ni nadie que nos mime a la enana y a mí. Será algo que tendré que aprender a hacer, como si no hubiera aprendido unas cuantas cosas en estas cinco semanas. Pero como viene siendo habitual en mí tendré que apechugar, morderme el labio inferior, aguantar las lágrimas y los nudos en la garganta, armarme de valor y "tirar p'alante", con la esperanza de que ello me siga haciendo una muchacha más independiente y capaz. Aunque, para qué engañaros, ya me estoy cansando de eso, y empiezo a contar los meses que quedan (sin saber cuántos son) para que pueda vivir de una vez por todas con mi otra parte de la familia, esa que tan lejos y tan cerca me sigue quedando. Bien mirado, creo que nunca he dejado de contar esos meses en todos los años que llevo aquí, y la pena dormita, pero en días como hoy, despierta y duele.

viernes, 29 de agosto de 2008

Llanto

¿Qué esconde el llanto de un bebé? Hambre tal vez, un pañal sucio, ganas de mimos, fiebre, gases quizá, sueño, cansancio... Su llanto esconde lágrimas, desconsuelo y muchas dudas, de los padres porque apenas aprendemos a diferenciar unos llantos de otros, pero seguimos sin tenerlo dominado al cien por cien. A veces esconde nervios, frustración, enfado, desesperación, esperanza, insitinto, miedo; "¿Lo estaremos haciendo bien?" Uno no sabe cómo ayudar, qué hacer, qué no hacer... ¿La estaremos mal acostumbrando si la cogemos en brazos? ¿Estaremos siendo crueles y fríos si la dejamos llorar?
El llanto de mi niña esconde a una sirvengüenza que por la noche dice "que te duermas tú", a una madre que se turna con su padre para seguir aprendiendo con cada "crisis", con cada lágrima e intentan hacerlo como lo hacen cuando aprenden con cada puchero, gorgojeo, sonrisa y mueca.

viernes, 22 de agosto de 2008

Reality Check


Hace dos días decidí quedarme en casita porque el tiempo acompañaba al plan: nublado, frío y tristón. Me quedé en casita y le di una vuelta a los trapitos que ya no me valen porque me están grandes (ropa pre-mamá) y saqué los de entre-tiempo, como les llama mi mami, es decir, para el otoño que se acerca. Craso error el mío, si tenemos en cuenta que esa ropa de entre-tiempo no es de embarazada, sino la que me quedaba bien hace nueve meses o más, antes de que mi cuerpo sufriera estos cambios irreversibles de los que me hablan amigas y madre. Mis vaqueros favoritos, unos que no me costaron preciasmente poco en Zara, mis skinny jeans... ¡¡¡no me entran!!! Pero, ¿por qué? ¿Mentían todos los que me decían durante el embarazo que yo estaba igual salvo por la tripa? ¡¡¡Pero si no me entraban desde la zona de los muslos!!! Ya me han dicho todos que no sea ambiciosa, que apenas han pasado tres semanas, pero no lo he podido evitar... Algunas en mi situación estarían súper felices, comprándose un nuevo armario con la excusa del cambio de talla. A mí, en cambio, no me hace ni puñetera gracia. No olvidemos que este curso escolar que ahora comienza, estaremos viviendo con un solo sueldo y no podremos hacer excesos de este tipo, como mucho en las rebajas de enero en Madrid o en el Ross de aquí de San José.
En fin, el próximo mes, haremos otra intentona y ya "reportaré" los nuevos (esperemos) y mejores resultados.

domingo, 17 de agosto de 2008

El primer baño

Aquí está el testimonio fotgráfico y el vídeo del primer baño de Sara. ¡Quién fuera ella para disfrutar tanto!

Esclavos del reloj

Esta última semana me ha dado la impresión creciente por momentos de que el tiempo es líquido que se me escapa por entre las grietas de las horas, vapor que se esfuma por las esquinas de los minutos, y arena que se precipita al vacío de los segundos. Lo contemplo esclava del reloj de muñeca, del de la mesilla de noche de Vinh, del del ordenador o el móvil. 2 horas, con suerte 3 o en ocasiones hasta 4. Períodos de tiempo que se suceden monótonamente hasta completar el circulo de las 24 horas. 30 minutos de toma de pecho iniciados por un llanto medio endfadado, seguidos por otros 30 de "provechitos con palmaditas en la espalda" y cambio de pañales, alguna siesta ocasional o más llantos y más paseos con la niña por la casa. Y cuando por fin se duerme, se crea o no, ya toca empezar otra vez: otra toma iniciada por llantos, otros provechitos y otro pañal... y vuelta a empezar.
Hoy intento robarle al tiempo algo que no pertenece a estos ciclos, y esta hora le he robado unos minutillos para escribir en mimaltrecho pero no olvidado blog. Y como parece que la suerte me sonríe con una siesta matutina inusual por parte de Sara, haciendo un alarde de malabares con estos minutos, voy a ver si subo el vídeo del primer baño de la niña. Hasta... ¿pronto?

domingo, 3 de agosto de 2008

¡La leche!


Ni el embarazo ni el parto: lo más difícil por ahora ha sido el tema de la leche.
Resulta que al principio no tenía leche, y encima Sara me hizo daño en un pecho, que se me quedó el pobre inutilizable por unos días. Como tiene ictericia (está amarillita por exceso de bilirrubina, aunque suena a canción y cachondeo), necesitaba comer mucho para irla expulsando, pero mi pecho no era suficiente. Así que en el "new born club" del hospital (el club de los recién nacidos) nos dijeron que le teníamos que dar biberón.
El biberón le encantó: se saciaba muy rápido y además no tenía que hacer tanto esfuerzo para conseguir su comida. Gratificación instantánea, en definitva. Mientras tanto, he tenido que sacarme leche a lo "central lechera asturiana) para seguir estimulando la producción aunque Sara no mamara. Cuando mi pobre tetilla se recuperó, me subió la leche, no sé si por la cerveza que me tomé siguiendo el consejo de muchas amigas o porque ya era hora.
Leche. Mucha leche. Leche en cantidades industriales. Leche que no me cabía en el cuerpo. Leche en tubos y más tubos que ahora pueblan el congelador de mi cocina. La felicidad no podía ser mayor: por fin podría dar el pecho a mi hija. Pero no ha sido así de fácil. Sara decidió que mamara Rita la cantaora, que el biberón era más fácil. Días de drama. Yo llorando, Sara enganchada al bibi... hasta que a Vinh se le ocurrió que saciándola un poco para que se le pasara el llanto y cambiando rápidamente al pecho, igual podíamos acostumbrarla de nuevo a mí. Y funcionó.
Hoy hemos vuelto al "club" por última vez porque entre los sabios consejos de la enfermera brasileña Silvia que me ha exprimido física y literalmente el pecho, ha pesado a mi niña y ha encargado análisis de sangre para ver los niveles de "bili", como le dicen aquí cariñosamente los del hoapital, ya han decidido que Sara está encarrilada, cogiendo peso, menos amarillita, hecha una pro de la teta.
Nos ha despedido diciendo "nos vemos el año que viene". No sé yo, pero si algo me anima es saber que con un segundo hijo no tendría que pasar por estos quebraderos de cabeza que el líquido elemento me ha dado, y me podría dedicar como ahora hago a disfrutar de esos momentos tan especiales que compartimos Sara y sus morritos de pez, mi teta y yo.


viernes, 1 de agosto de 2008

Tarde en familia


Viernes 1 de agosto. Mami cose en el sofá. Vinh monta un columpio super sónico en el dormitorio. Sara duerme en su cuco. Yo le robo minutos al reloj para limpiar el baño, limpiar el polvo y escribir. No hay mucho que contar. Ahora lo más excitante es el cambio de pañales, el baño, las tomas de pecho y bibi, el modelito que llevará Sara... pero me siento muy en familia. Sólo nos falta el yayo Manolo, y mi abuelo Juan, que ya no llegará a conocer a su bisnieta, y mi yaya Juli que también está lejos. Pero me conformo con lo que tengo y lo disfruto, entre el sueño del no dormir y la admiración que me produce ser madre.

Qué fuerte, soy madre... aun no me lo creo del todo. Unos empujones y de ahí estaba Sara, en mi regazo. Cuatro días más tarde, de mi regazo al salón con todos nosotros, como si siempre hubiera estado aquí. Qué plenitud y qué felicidad da esta tarde en familia.

Aquí tenéis más fotos de nuestra muñequita, un poco amarilla aún, pero la más muñequita de todas las muñequitas pese al amarillito, y algunos vídeos:

http://picasaweb.google.com/susivinh
http://es.youtube.com/user/susivinh

miércoles, 30 de julio de 2008

Ya llegó...

...la cosa más guapa del mundo, llorona a veces, súper tranquila otras, y siempre algo que nos maravilla cuando la miramos. Pronto subiremos vídeos, en cuanto pueda disfrutar de otro momento de calma de esos que tanto escasean en las últimas horas (y que no suene a lamento, que por ahora, no me importa en absoluto estar tan ocupada).
Para no ser la típica mami tostón que llena los emails y el blog de fotos sin fin, aquí dejo e enace del álbum electrónio con todas las que por el momento hemos hecho, y en esta entrada un breve aperitivo de mis 3 fotos favoritas:



miércoles, 23 de julio de 2008

Normal...

Último día normal, de mi vida normal, de nuestra vida normal. A partir de mañana, "mamiconchi" estará aquí con nosotros. Tras ella, estará Sara. Luego, Conchi se marchará, y estaré yo sola con Sara, y Vinh trabajando. Ya nada será lo mismo. Y aunque en el fondo todo cambia y nada se queda siempre en el mismo lugar ni en el mismo estado, no puedo evitar despedirme de este último día de normalidad con cierta... no, no es tristeza, pero con un guiño a algo que sé que se va y que no vuelve.
Luego vendrá otra normalidad, rara al principio, no me cabe duda, extenuante, emocionante, pero normalidad con la que nos familiarizaremos Vinh y yo. Y a esta nueva normalidad no puedo evitar recibirla con alegría, con ilusión, un poco de incertidumbre y miedo al mismo tiempo que emoción.

lunes, 21 de julio de 2008

Compartir

La fecha en la que conoceremos a Sara se va aproximando a ritmo vertiginoso. El momento en que ese día llegue, se terminó mi relación de exclusividad con mi niña. Ahora sólo yo tengo el provilegio de sentir cada movimiento que hace, cada hipo, cada patada, cada bofetón que me da con sus mini-manos, sus mini-codos y sus mini-pies. Sólo yo me levanto, me ducho, me acuesto y nado con ella. Sólo yo y mis sonidos le somos familiares. Cuando Sara abandone la "nave nodriza" todo el mundo la verá, la sentirá, la escuchará, la mimará. Se acabó mi Sarita sólo para mí. Tendré que compartirla con toda la gente que ya la quiere.
A lo mejor en ese momento vuelva a acordarme un poco de mí, dado que últimamente me da la sensación de que me he olvidado de quién soy, de quiénes somos Vinh y yo, aparte de los padres de Sara, unos padres que cada día ultiman detalles para que todo esté más que listo para su llegada a casa. Sin ir más lejos, ayer fue nuestro aniversario de boda. 5 años ya. Parece mentira cómo pasa el tiempo. Y sin embargo, ninguno de los dos nos acordamos hasta bien cerca del día. Ya habíamos planeado una comida que no cancelamoscon unos amigos de Vinh. No celebramos nada los dos solos, ni nos hicimos regalos, ni fotos, pero sí carantoñas al final del día. Pasamos la tarde comprando yogures desantados para Conchi y toallitas desinfectantes, y nos acurrucamos en el sofá viendo la tele y acariciando mi tripa como si fuera la bola de cristal en la que se ve el futuro. Ni grandes galas, ni puestas de sol en la playa, ni románticos paseos. Simplemente Vinh, Sara, yo, y la eterna espera que compartimos. Tampoco es una manera tan terrible de pasar el aniversario ni estos últimos días de exclusividad, ¿no?

martes, 15 de julio de 2008

Un nuevo rol


Que todo cambia es algo que se repite hasta la saciedad. Los hay que dicen que nada se pierde, sino que simplemente se transforma. Puede que así sea, y que yo me esté transformando en otra cosa que no sé si me vendrá grande, o como anillo al dedo, o me quedará como a un santo le quedan dos pistolas. Hasta ahora he sido siempre hija, y no madre, aunque en la jerga de la familia Fernández-Jorquera, eso se ha traducido de innumerables formas, a saber:
Para Manolo he sido y soy una/la: bruja, moñigo, pendón, trastornada, Susana, Susi, hija...
Para Conchi: cariño, cabra loca, moco lindo, cardo borriquero (e invariablemente Susana, Susi, hija...)
Para Juan y Juli: chatilla, Susanita, dama de las camelias, americana...

Y, ¿cómo se deja de ser todo eso para ser otra cosa? No sé si me voy a acostumbrar a dejar de ser la niña pequeña de la familia. Esta Sarita me va a desplazar, no por ser el centro de atención, que lo será, sino porque cuando ella por fin sea lo que tiene que ser en este mundo, me va a transformar a mí también. Como le decía Mafalda a su madre, ambas se graduaron (una de hija y otra de madre) el mismo día, y la una no puede ser sin la otra.

lunes, 7 de julio de 2008

¿Dónde estás, Esperanza?

Si el otro día hablaba de "espera", hoy tengo que hablar de su prima "esperanza". Y es que yo no sé si caduca, si se va y luego puede regresar, o si se marcha para nunca volver. No debería ser esto último. Estamos hablando de "esperanza", y bien es sabido que es lo último que se pierde. Pero claro, al mismo tiempo, cuando todo el mundo a mi alrededor parece no tener mucha, me pregunto si yo tengo esperanza en demasía, o si soy una pobre infeliz e ilusa alma cándida que se niega a ver lo que los demás señalan y apuntan como algo concreto. Vinh y mis padres parecen haberla perdido, y no sé si en sus casos volverá. Yo me niego a perderla. La guardaré en una cajita, al lado de mi almohada, por la que pasan los sueños. La esperanza de volver, aunque no sepa ni cuándo ni como. Si pierdo esa esperanza, creo que lo perderé todo. Me da un poco lo mismo si otros lo ven como un engaño o como un mecanismo de supervivencia, porque sea lo que sea, lo necesito para seguir. Que mis padres y Vinh la hayan perdido no significa que yo también lo tenga que hacer. No todavía. No así.

jueves, 3 de julio de 2008

A la espera

Creo que todos nosotros siempre estamos esperando en la vida: esperando eventos, esperando a gente, esperando en general. Y aunque el dicho afirma que el que espera, desespera, y ese no es mi caso, sí es cierto que tanta espera empieza a ponerme nerviosa, pese a estar de vacaciones y muy relajada de no ser por el devenir de los minutos. Esperamos a Conchi. Apenas 20 días para recogerla en el aeropuerto. Esperamos que la ecografía del día 9 de julio corrobore que el alien está cabeza abajo. Esperamos a Sara, cómo no. Hemos estado esperando ya 36 semanas, y ahora que supuestamente sólo quedan 4 semanas, la espera se nota más que nunca. Esperamos que esté perfectamente bien. Espero que mi padre no se ponga demasiado nervioso ni ansioso, o que lo sobrelleve bien. Espero noticias de los amigos que se fueron a España. Espero a los que regresan poquito a poco en estos meses de verano. Espero que la navidad llegue pronto. Espero poder seguir escribiendo en el blog. Espero tener tiempo para Vinh. Espero hacerlo bien como mamá. Espero tener inquietudes más allá de la maternidad, y espero seguir esperando cosas, muchas cosas de la vida.

sábado, 28 de junio de 2008

Arde California

Por el humo se sabe dónde está el fuego. Aquí al norte de California, por todas partes alrededor de la Bahía de San Francisco, se sabe que el fuego arde, va comiendo terreno a casas, a parques nacionales, al paisaje y a la vida salvaje que siempre lo adorna y que tan especial torna la geografía de esta costa oeste californiana, que a fuerza de ver año tras año me ha convencido y enamorado. Algunos han comenzado por descuidos de domingueros, al igual que en España. Otros, por tormentas eléctricas que no dejan ni gota de agua pero sí rayos. Y todos son alimentados por la sequedad del terreno. Este año apenas ha llovido en otoño, invierno o primavera, y pese a que el calor nos da tregua, el fuego no lo hace. Es horrible escuchar en las noticias cómo la calidad del aire es peor cada día, cómo recomiendan a la población de riesgo -niños, mayores y embarazadas- que nos quedemos en casa o que no pasemos demasiado tiempo al aire libre. Peor aun levantarse por la mañana y ver un cielo que parece nublado pero que en realidad está amasando humo venido de todas direcciones, el coche con ceniza por encima, el olor a chamusquina. Pensemos y esperemos que la eficacia y el despliegue de medios típicos de los americanos del que tanta gala hacen en pelis y series sea real y pronto acabe esto.

El 29, nos vamos a Cibeles

Aunque sea viajando con la mente...

domingo, 22 de junio de 2008

Agua que no es de beber...

...déjala correr, pero a ser posible no sobre el ordenador portátil. No ha sido sólo "sobre" el ordenador, sino "por dentro", "alrededor"... por todas partes. Es lo que sucede cuando uno es torpe como lo soy yo y deja caer el contenido de un vaso completo encima del portátil. El pobre portátil está malito. Hace un corto muy extraño, como una especie de amago de encenderse pero que no termina de cuajar. Nuestro amigo Pedro nos ha informado de que hay que intervenir, así que se lo vamos a ceder para que con un pañito y unos destornilladores de precisión se pueda secar y con suerte arreglar este desaguisado que he preparado. Seguiremos informado sobre el estado y evolución (o estancamiento) de mi pobre portátil.

jueves, 19 de junio de 2008

GM

El señor George Michael, que no se prodiga mucho por los escenarios, ayer renegó de su "odio a lo yankee" y tras 17 años de ausencia en el continente, nos deleitó a todos los que le vimos en el San Jose HP Pavilion. Supongo que cuando las arcas de los artistas se vacían, da igual lo que se haya dicho o hecho en tal país: uno vuelve, canta, cobra y todos felices: él por lo mucho que debe ganar con esta gira (no voy a revelar lo que nos hemos gastado en las entradas del que será nuestro último concierto en unos cuantos meses); nosotros, o al menos yo (Vinh no es muy forofo, pero sí un buen marido) por el pedazo de concierto que presenciamos. Siempre fue mi sueño verle y escucharle en directo, sin importarme el repertorio: desde lo más quinqui de su época de Wham a lo más elegante de su "Older" (aquí podéis ver el set list de cacnciones). Ayer escuché al que es sin duda para mí el mejor vocalista en el mundo, todo un crooner inglés que aún conserva intactos su chorro de voz y su sex appeal, gay o hetero, que si bien no deleitó al crítico que hoy publica su columna en el San Jose Mercury News, sí que pareció hacerlo a un estadio que mostró lleno total, y eso que las entradas más caras en taquilla costaban la friolera de $175.
A pesar de que en la entrada ponía que no había teloneros y que empezaría puntualmente a las 8:30, Georgie se hizo esperar unos 30 minutos, para empezar con un bonito despliegue audivisual de luces y la canción Waiting (Reprise). Tras su triunfal estrofa que reza here I am, is it too late to try again, apareció un George Michael de 44 años con su cárdigan, pantalones y camiseta negros, barba de 3 días (cómo no) y sus gafas de sol de tinte amarillo. Y para mí comenzó la catársis, pues siguió con una de mis canciones favoritas: Fastlove y poco después Everything She Wants (¡no os perdáis el comienzo de la canción!) Yo ya me podría haber ido a mi casa tan feliz, pero menos mal que no lo hice, pues le siguieron otros temazos como A Different Corner, Flawless (este ni me lo esperaba), An Easier Affair, Spinning the Wheel (con una versión "bakalao" un tanto radical), Feeling Good (versión de Nina Simone y mención especial de el tema como cierre de la primera temporada de la serie de televisión Eli Stone), Too Funky (con el famoso vídeo de las top models de los 90), Roxanne (explicando que las personas que aparecían en el vídeo rodado en Amsterdam eran "de verdad"), Kissign a Fool, Amazing (dedicada a su "partner", según dijo él), Outside (para la que se cambió de ropa y salió vestido de policía americano), Praying For Time (con un piano por todo acompañamiento musical), Careless Whispers (a pesar de lo hortera y trasnochado de la canción dijo: "C´mon, San Jose, you know you want to" y todos cantamos hasta la última palabra), para acabar con Freedom, como no podía ser de otra manera estando tan cerca de San Francisco.
Con todo, uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida, a pesar de que me sentí miserablemente vieja (si es que él ya tiene 44 añazos y empezó a cantar cuando yo tenía 6). Ojalá Maite hubiera podido ir. Ojalá lo hubiera hecho Conchi también. Estoy sgura de que pese a que el crítico del periódico dice que la lista de canciones era un poco cutre, y que tal y que si cual, no os habría defraudado ni un ápice, sino todo lo contrario, y que muy posiblemente os habriáis levantado de la cama con el gusanillo de meteros en Youtube y esuchar todas sus canciones una vez más, tal y como yo voy a hacer ahora.

Natación Sincronizada

Llegó el verano, llegaron las vacaciones, y llegaron las temperaturas altas. Con todo ello, llegó el primer chapuzón de Sarita. Esta mañana Vinh y yo nos hemos decidido a dar un paseito matutino hasta la universidad, y más concretamente hasta su centro acuático (así lo llaman los muy finolis). Por el módico precio de $3 el chapuzón, hemos hecho unos cuantos largos. Durante un rato largo me he sentido liviana como una pluma, y me he "despojado" de mi tripita. Todo iba muy bien hasta pasada una horita porque nos ambientado la estancia con prácticas de natación sincronizada, lo cual ponía banda sonora a nuestras brazadas tanto debajo del agua como afuera. Pero transcurrida esa hora, ha sido demasiado pa mi body lo de nadar y sentir que me pisaban las costillas. Sarita y yo no nos hemos sincronizado tan bien como las chicas que practicaban, así que nos hemos secado un poquito y nos hemos ido a la cafetería de la uni, a tomarnos el aperitivo mientras veíamos el Alemania-Portugal de la Eurocopa. Mañana repetiremos la gesta, a ver qué tal se nos da. Ay, qué bien se está de vacaciones...

lunes, 16 de junio de 2008

Moving on

Esta niña tiene el baile de San Vito. No sé yo si va a aguantar 6 semanas más o no, porque a juzgar por cómo se pelea con todo ahí adentro, esto no hay ni bebé ni tripa que lo aguante.

domingo, 15 de junio de 2008

La Tercera Ducha

De regalos para Sarita, se entiende. Ayer sábado, nuestros profes favoritos de Los Árboles, la escuela que en el año 200 viera como Vinh y yo nos convertíamos en tortolitos, nos homenajeó con una fiesta súper americana, aunque hubo guiños europeos tmabién. La hija de Del, la bibliotecaria de dicha escuela, ofreció su casa y mucho más: aparte de un cuadro monísimo también nos preparó una tarta con foto y unas tapas para comer. Hasta huevos rellenos había. Para venir de una chica mitad japonesa por parte de padre y mitad portuguesa por parte de madre, no estuvo nada mal. La bebida, yankee a más no poder: ponche con helado de frambuesa. Los regalos: muy Winnie de Pooh, muchos y muy generosos de nuevo. Nos hemos juntado con un montón de tarjetas regalo que queremos usar más adelante para los consabidos pañales y ropita para cuando el bicho sea más grande.
Ahora estoy un poco cansada de lavar y ordenarlo todo. Hemos tenido que re-colocar toda la habitación y sus trastos para ver si tenemos sitio para todas las cosas nuevas que hay. Sara no sabe lo que le espera cuando se asome al mundo, para lo que ya sólo quedan 7 semanas más. Aquí os dejo con el álbum de las fotos menos traicioneras de las que Vinh sacó.

domingo, 8 de junio de 2008

Otra vuelta de tuerca

Leo el periódico todos los días. No soy una entendida en economía, pero tampoco soy como esas señoras que dicen que la economía ni les interesa ni les afecta. Bueno, pues últimamente me estoy planteando si ser consciente (medianamente) de lo que pasa a mi alrededor ya me merece la pena o no. Me planteo que a lo mejor más me valía unirme al tren de aquellos que afirman que la ignorancia en la felicidad.
Este viernes fue lo que los periódicos aquí han calificado como "viernes negro" para la economía. Y vaya que si me afecta. Le afecta a Vinh, que se preocupa y entristece; me afecta a mí, que lo veo y maldigo al país a la situación que tan difícil nos pone las cosas; nos afecta a todos. Nos cuesta $60 llenar el depósito de gasolina. No hacemos grandes viajes, apenas al trabajo, la tienda y poco más, y eso nos dura una semana de media. Por eso Vinh se está seriamente planteando ir al cole en bici o como poco, en autobús. Total, práctica ya tiene después de un año en Madrid, y por esos mismos $60, se saca el abono mensual aquí.
Ir a la compra ya no es algo divertido, pues ahora gastamos el doble de tiempo para buscar chollos que nos ahorren algo de dinero. Se acabó comprar cosas de delicatessen y los caprichos. Ahora vamos a "Mi Pueblo", el súper mejicano del barrio donde las rancheras te atruenan la cabeza, pero donde las frutas, la carne, las verduras, el pescado y la panadería tienen precios imbatibles y además te atienden con una sonrisa y en español. En el fondo, no está mal cambiar de tren de vida y ver lo que hace la mayoría de la gente con un sueldo normal. Es algo así como una especie de cura de humildad, y al final del día, cuando consigues apañártelas, hasta te sientes bien.
Y cómo no hablar del euríbor. Máximo histórico. Esa es la verdadera vuelta de tuerca que nos está jod... la vida. Después de un año, sólo hemos pagado 5,000 euros reales del precio del piso. Todo lo demás no han sido más que intereses, y como siga así la cosa, no vamos a amortizar capital hasta que Sara no termine la carrera universitaria. Y mientras, el dólar por los suelos y nosotros en puertas de vivir con un sólo sueldo .
Eso sí, como el paro, por ejemplo, me toca más de pasada, a pesar de todas las calamidades, me tengo que senir afortunada porque no tengo problemas de trabajo ni aquí ni allá, y no mucha gente puede decir eso.
Otra vuelta de tuerca, y todos a pasar por el aro.

sábado, 31 de mayo de 2008

El hospital


Ayer fuimos al hospital donde Sarita asomará su culo inquieto al mundo para rellenar los papeles previos a la admisión el día del parto, y es que estando ya de 7 meses y con el precedente sentado por mi madre al ser ella sietemesina, cualquier cosa es posible. Como la ciencia avanza tanto, los que no podáis venir al hospital a rendirle tributo al moco este que me pisa las tripas, podéis hacer una visita guida virtual y ¡en español! al lugar en cuestión. Si hacéis click aquí veréis vistas de 360 grados del hospital y el patio, la entrada principal, el aparcamiento, la sala de espera, la "suite" de parto (os juro que lo llaman así y cuando lo veáis comprobaréis que para tratarse de un hospital, sí parece una suite, y yo doy fe de ello porque he estado en una igualita en persona hace tres semanas), la unidad de madre y bebé, en centro de recién nacidos, y en centro de cuidados intensivos para recién nacidos.
Espero que este esfuerzo para acercaros un poquito más a nuestro mundo sea bien recibido. Sobre todo espero que Manolo (el abuelo materno) no se sienta tan lejos, aunque sea con estas pequeñas trampas tecnológicas.

Campana y Se Acabó

Pues sí. Otro curso más se acaba. Todos los años sucede igual, pero todos los años es distinto. Todos los años se siente la urgencia de mandar a los niños con sus padres y madres a sus casas por allá en el mes de mayo, pero todos los años hay un poco de pena al hacerlo. Este curso he tenido un muy buen grupo de fierecillas. No he hecho mención de ellos en el blog, ni de mis compañeros de ciclo, ni de la escuela... pero no por ningún motivo que no les haga merecedores de tal mención. Ya es sabido que Sara lo acapara todoÑ el blog, mi tiempo, mis conversaciones, sueños, (pesadillas), vídeos y fotos. Todo menos el fin de curso. Dos semanas para ver a mi tropa de 18 fistrillos, a los que diré adiós el 13 de junio, y ese 13 de junio diré adiós también a la escuela, a la que me acogió este año y a cualquier otra en la que pudiera estar el próximo curso.
Haremos un paréntesis de un año. Todo el mundo me dice que es lo mejor que puedo hacer, quedarme en casa con Sarita, cuidar de ella, disfrutar de cómo crece y no perderme ni un minuto de ello, pero yo también pienso en lo que dejo de lado para hacerlo, y es una sensación agridulce. No me malinterpretéis, no me quejo. Sé que soy afortunada por poder hacerlo y que muy probablemente cuando Sara esté en casa ni me acuerde del cole, pero aun así... ¿qué voy a hacer yo sin dar clase? Llevo haciéndolo 8 años con exactitud meridiana: de agosto a junio, con mis veranos en España de por medio, y mi ilusión al acabarse el verano y volver al cole a preparar la clase. Y ahora, me toca aparcarlo todo. Meterlo todo en cajas. Ver cómo las cajas se llenan de telarañas. Y ser madre. Otro trabajo a tiempo completo para el que no he estudiado.
Campana y se acabó al curso. Pistoletazo de salida a la maternidad.

lunes, 26 de mayo de 2008

Se me mueve la tripa sola. ¡Qué pasada!

Hay que fijarse mucho, mucho, mucho, y no quitar ojo a la tripa, que además de moverse acompasadamente con mi respiración, de vez en cuando da unos respingos como enfurecidos. "Eso" es precisamente Sara, que lleva unos días de tregua y me está dejando descansar un poquito más.

domingo, 25 de mayo de 2008

A mi niña

Josefa le pidió a Milagros que pronunciara para su hija, la bendición que todas la mujeres de su familia reciben al momento de su nacimiento.
Milagros conjuró el ritual que la hacia madrina de la criatura, puso la mano en la cabeza de su sobrina y dijo:

“Niña que duermes bajo la mirada de Dios, te deseo que no lo pierdas jamás, que vayas por la vida con la paciencia como tu mejor aliada, que conozcas el placer de la generosidad y la paz de los que no esperan nada, que entiendas tus pesares y sepas acompañar los ajenos. Te deseo una mirada limpia, una boca prudente, una nariz comprensiva, unos oídos incapaces de recordar la intriga, unas lágrimas precisas y atemperadas. Te deseo la fe en una vida eterna y el sosiego que tal fe concede".

“Amén" respondió Josefa desde la cama y comenzó a llorar.
“Bueno, puedo ahora decir mi propia bendición?, preguntó Milagros.
Josefa sonrió asintiendo.

“Niña”, (Milagros hablaba con la solemnidad de una sacerdotisa), “te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo el gusto por los cometas, por el agua y los hombres. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria y una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, y en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el futuro como la promesa donde cabe todo lo que aún no sucede. Amén"


“Amén", repitió Josefa profundamente complacida.

Mal de amores. Ángeles Mastretta