Worthwhile?

¿Merece la pena?

Hoy he recibido un email de Ana, una compañera profesora de Navarra, que me preguntaba acerca de mi experiencia como PV (profesora visitante), si es recomendable, pros, contras... Y es una pregunta que me hago cada día. Tiene respuestas diferentes dependiendo de mi estado de ánimo, de lo que me esté pasando, de donde esté... y es que auque parezca una obviedad, es tan relativo y personal... Pero llegados a este punto de mi vida y a las circunstancias que me han llevado a él, imagino que la respuesta lógica y que todo el mundo imagina sería un "sí". De lo contrario ya me diréis que hago yo aquí después de 5 años en San José, 1 en Madrid, y de vuelta en EEUU.

Valga la ilustración de esta entrada que publico ahora para reiterar mi "sí, merece la pena". Ayer sin ir más lejos Vinh y yo llevamos a tres amigos españoles que acaban de llegar hace dos semanas a ver el Golden Gate. Sus caras, sus gritos, su sacar de cámaras desenfrenado por el techo solar... parece que les hicieron merecer la pena las dos semanas que llevan de árdua búsqueda de piso, el no saber cómo va a ser el trabajo, el día a día. Y mientras tanto, ahora casada, en mi propio coche, con mi marido al lado, me acordaba de que hace seis años yo estaba en la misma situación.

Cruzamos el puente en coche, hicimos la parada obligatoria para sacar las fotos pertinentes y seguimos el recorrido turísitico por otros sitios de la ciudad, viendo la puesta de sol en el Pacífico mientras nos tomábamos cinco capuchinos como colofón final a la cena en el restaurante Birmano de Clement St.

Creo que da igual en qué ciudad de EEUU se esté como PV. Bueno, miento, no da igual ni mucho menos, pero el caso es que siempre hay días como este allá donde se esté. Siempre es divertido sentirse como turista en un sitio donde todo es nuevo y está por descubrir, para con el tiempo sentir que ese sitio ya te pertenece un poco y que has dejado algo de ti mismo en él. Así que si se tiene esa vena aventurera y viajera, y un poco de aguante y capacidad de adaptación creo que sí merece la pena venir a este país u otro a trabajar. En mi caso ha sido muy enriquecedor por la cantidad de gente a la que he conocido, los sitios a los que he viajado, dentro y fuera de EEUU por el estatus económico que aquí tenemos, las comidas de diferentes países que hemos probado, y el marido que me marqué y el piso que nos agenciamos en Madrid gracias a los dolaritos ahorrados mientras hacía todo eso.

En cuanto al trabajo, lo dejo para otro dia, pero adelanto que sí, que es muy enriquecedor conocer otras formas de trabajar, aunque muy encorsetadas (rozanod lo militar), como es nuestro caso este año. Aunque sea difícil y uno no esté de acuerdo con cómo se hacen por aquí las cosas, de todo se puede sacar ideas y cosas positivas que se puede llevar uno en la maleta de vuelta consigo a España.

Y en el peor de los casos, si algo va mal, ahí tenemos al MEC para respladarnos, y con la posibilidad de decir "hasta luego", dar un salto a un avión y volar al mismo sitio del que vinimos, lo cual sigue siendo mi distante plan en el horizonte...