A la orilla de la chimenea
que tus labios me saben igual
que los labios que beso en mis sueños.
Puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo,
tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
Y si quieres también puedo ser
tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu Dios, tu asesino...
O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.
Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor,
que me falta valor para atarte a mi cama.
Puedo ponerme digno y decir -
"Toma mi dirección,
cuando te hartes de amores baratos de un rato...
me llamas."
Y si quieres también puedo ser
tu trapecio y tu red,
tu adios y tu "ven",
tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío...
O tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja, abrazada a una duda
en mitad de la calle y desnuda.
Y si quieres también puedo ser
tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe,
tu noche y tu día,
tu rencor, tu por qué, tu agonía...
O tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
Joaquín Sabina
1 Comments:
qué hermosa canción. tan hermosa que hace un ratito me hizo llorar.
no sé si lloré por la canción o por la situación a la que ella me hace acordar.
no me gusta pensar que las cosas se terminan, y todavía no estoy segura si quiero recordarlas cuando ya hayan pasado con una canción como esta. ya tendré tiempo para decidirlo.
sé que probablemente nadie vaya a leer esto, pero me sirvió a mi para desahogarme un poco. gracias.
belu.93@gmail.com
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