Culo inquieto

Ya han pasado dos años desde que llegamos a California tras un paréntesis de otro año viviendo y trabajando en Madrid. El blog sigue su curso, esta vez más centrado en este "life'changing event" que nos está pasando. Y como siempre (o casi)el blog sigue llegando...¡¡¡EN ESPAÑOL!!! Sumamos y seguimos, y añadimos un nuevo miembro a nuestra familia: Sarita Do-Fernández.

domingo, 15 de octubre de 2006

Desesperadas-S02E03

Otra semana de "desesperación" en el vecindario. Empecemos:

Mike ha despertado de su coma. Todo parece ir bien, con la salvedad de que Mike se ha quedado estancado en el 2004 y no recuerda nada desde entonces hasta ahora. Por supuesto, el que intentó matarle (el nuevo marido de Brie) está encantado, e Eddie también, porque está aprovechando para intentar ligársele.
Susan se ha acostado con el británico, y ahora que se ha enterado de que Mike ha despertado, se siente muy culpable. Y el inglés está con el corazón hecho trizas porque Susan sale de su cama corriendo para ir a ver a Mike al hospital, mientras le dice que lo suyo nunca debería haber pasado. Cuando Susan llega y ve que Mike está frío y que no la reconoce, y que le pide que por favor se vaya y no venga a verle hasta dentro de una semana, ella se queda flipadísima. Y es que no sabe que Eddie, la tetona, ha estado malmetiendo y diciendo que Susan le engañó el tiempo que estuvieron juntos, que es una mentirosa.
Brie ha decubierto que su hijo se prostituía para ganarse la vida después de que ella le abandonara.
Lynette intenta dar lecciones magistrales a su marido de cómo ser un buen padre. Su idea hoy ha sido intentar sobornar al pitcher de un partido de baseball para que su hijo pudiera pegarle fuerte a la pelota, pero no ha funcionado como ella quisiera, ya que se ha dado cuenta de que su hijo es malo jugando y ahora que quiere que lo deje, el chaval ha decidido que quiere jugar porque después de pegarle a la pelota, se cree que está mejorando. Al final, se tuerce un tobillo y tiene que dejar de jugar...
Gabriela y Carlos se están divorciando y mientras lo hacen, se tiran los trastos a la cabza. Carlos pensaba que Gabriela aun le quería, pero Gabriela asegura que no, que estuvo con el jardinero el fin de semana anterior, y Carlos, hecho polvo, la echa de su coche.