Campana y se acabó
Ha sido muy agridulce, y hacer balance no es fácil: alquilar el piso, como el niño que no se quiere tomar la medicina pero que en el fondo sabe que es buena para él. La muerte que lo ha teñido todo en la vida de muchos, pero que promete etapas venideras más alagüeñas. La vida que empieza a crecer dentro de mí. El re-encuentro con la familia. La pena de saber que no volveré a Madrid hasta casi el 2009 tras estas vacaciones. La alegría de volver a San José, y la pena de estar aun en EEUU.
Sólo me queda pedirle al 2008 lo que siempre pido cada final de año: que el que está por entrar no sea peor que el que se va.
Feliz año a todos.
2 Comments:
Supongo que así es la vida, llena de sabores y sinsabores. Yo también le pido algo al año que va a entrar: un poco de tranquilidad, por favor.
Pues eso, tranquilidad y bonanza, que estamos un poco faltos de eso por estos lares.
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