La vida es tan frágil, que a veces da miedo pensarlo. A veces nos damos cuenta porque alrededor nuestro alguien muere, o alguien está herido, o enfermo. A veces por todo lo contrario: porque hay una nueva vida, algo que cuidar, algo frágil.
Mi amiga Miriam me decía estas navidades que cuando tienes un hijo eso es todo, toda tu vida gira en torno a tu única responsabilidad: que tu hijo esté bien, que a tu hijo no le pase nada. Yo aún no tengo a ese hijo en el mundo, pero sí siento que soy madre, porque tengo a ese hijo creciendo dentro. Y ya siento la responsabilidad y el miedo, que no debe ser nada comparado a o que sienta el día que nazca y todos los que vengan detrás. Y siento también lo que le ha pasado este fin de semana a un compañero del trabajo, cuya hija de 19 meses ha perdido dos deditos que se quedaron atrapados en una escalera mecánica. Por suerte la niña es muy pequeña, y jamás recordará lo que pasó, ni el dolor, ni a sus padres llorando. Pero sus padres siempre tendrán el recuerdo de ese fatídico día, del día que pasó lo que a veces pasa, y es que estas cosas pasan. Ojalá pudieran olvidarlo todo y pasar página tan rápido como lo hará su hija, pero me temo que las heridas de esos padres dolerán siempre, o al menos (y con suerte) tardarán más en cicatrizar.
4 Comments:
Lamento lo de la peque de tu compañero del cole...
Tienes toda la razón...
Iré comprando casco, rodilleras, coderas, tobilleras, chaleco reflectante, luz trasera, luz delantera, ruedines especiales y todo lo que haya en la tienda para que el primer día de enseñanza en "aprende a montar en bici con tia Elena" sea lo más productivo del mundo y lo menos dolorido posible, cuenta con ello!
;D
Bueno finde a TODOS!
el mío se presenta "gevi gevi"... exámen el sábado.. tóóóóóóóóóóma ya! así da gusto!
Muaaaaaa
Ele
En realidad, hasta el simple hecho de pensar que les puede pasar algo duele...
Mi madre decía que uno nunca deja de precouparse y me comentaba que, incluso de mayores, cuando salíamos de marcha, no descansaba hasta que el último de nosotros no entraba por la puerta a las tantas de la madrugada.
Nada, hija, que esto es para toda la vida, como dice la canción.
Hola,
llego a tu blog a través del de un cacahuete en Rockford, Illinois.
No pensaba escribir pero esta entrada me ha llegado al corazón. Tengo dos hijos: uno de casi 3 años y otra de 8 meses. Y sí, es así de hermoso y de terrible, ya siempre viviré para ellos. Saludos :)
Hola Sandra.
Es terrible, pero a la vez hermoso, como muy bien dices. Creo que te debes volver menos egoísta al saber que alguien depende tanto de ti. Tengo ganas de saber qué siente cuando tu propia vida pasa a un segundo plano.
Publicar un comentario
<< Home