Culo inquieto

Ya han pasado dos años desde que llegamos a California tras un paréntesis de otro año viviendo y trabajando en Madrid. El blog sigue su curso, esta vez más centrado en este "life'changing event" que nos está pasando. Y como siempre (o casi)el blog sigue llegando...¡¡¡EN ESPAÑOL!!! Sumamos y seguimos, y añadimos un nuevo miembro a nuestra familia: Sarita Do-Fernández.

sábado, 31 de mayo de 2008

El hospital


Ayer fuimos al hospital donde Sarita asomará su culo inquieto al mundo para rellenar los papeles previos a la admisión el día del parto, y es que estando ya de 7 meses y con el precedente sentado por mi madre al ser ella sietemesina, cualquier cosa es posible. Como la ciencia avanza tanto, los que no podáis venir al hospital a rendirle tributo al moco este que me pisa las tripas, podéis hacer una visita guida virtual y ¡en español! al lugar en cuestión. Si hacéis click aquí veréis vistas de 360 grados del hospital y el patio, la entrada principal, el aparcamiento, la sala de espera, la "suite" de parto (os juro que lo llaman así y cuando lo veáis comprobaréis que para tratarse de un hospital, sí parece una suite, y yo doy fe de ello porque he estado en una igualita en persona hace tres semanas), la unidad de madre y bebé, en centro de recién nacidos, y en centro de cuidados intensivos para recién nacidos.
Espero que este esfuerzo para acercaros un poquito más a nuestro mundo sea bien recibido. Sobre todo espero que Manolo (el abuelo materno) no se sienta tan lejos, aunque sea con estas pequeñas trampas tecnológicas.

Campana y Se Acabó

Pues sí. Otro curso más se acaba. Todos los años sucede igual, pero todos los años es distinto. Todos los años se siente la urgencia de mandar a los niños con sus padres y madres a sus casas por allá en el mes de mayo, pero todos los años hay un poco de pena al hacerlo. Este curso he tenido un muy buen grupo de fierecillas. No he hecho mención de ellos en el blog, ni de mis compañeros de ciclo, ni de la escuela... pero no por ningún motivo que no les haga merecedores de tal mención. Ya es sabido que Sara lo acapara todoÑ el blog, mi tiempo, mis conversaciones, sueños, (pesadillas), vídeos y fotos. Todo menos el fin de curso. Dos semanas para ver a mi tropa de 18 fistrillos, a los que diré adiós el 13 de junio, y ese 13 de junio diré adiós también a la escuela, a la que me acogió este año y a cualquier otra en la que pudiera estar el próximo curso.
Haremos un paréntesis de un año. Todo el mundo me dice que es lo mejor que puedo hacer, quedarme en casa con Sarita, cuidar de ella, disfrutar de cómo crece y no perderme ni un minuto de ello, pero yo también pienso en lo que dejo de lado para hacerlo, y es una sensación agridulce. No me malinterpretéis, no me quejo. Sé que soy afortunada por poder hacerlo y que muy probablemente cuando Sara esté en casa ni me acuerde del cole, pero aun así... ¿qué voy a hacer yo sin dar clase? Llevo haciéndolo 8 años con exactitud meridiana: de agosto a junio, con mis veranos en España de por medio, y mi ilusión al acabarse el verano y volver al cole a preparar la clase. Y ahora, me toca aparcarlo todo. Meterlo todo en cajas. Ver cómo las cajas se llenan de telarañas. Y ser madre. Otro trabajo a tiempo completo para el que no he estudiado.
Campana y se acabó al curso. Pistoletazo de salida a la maternidad.

lunes, 26 de mayo de 2008

Se me mueve la tripa sola. ¡Qué pasada!

Hay que fijarse mucho, mucho, mucho, y no quitar ojo a la tripa, que además de moverse acompasadamente con mi respiración, de vez en cuando da unos respingos como enfurecidos. "Eso" es precisamente Sara, que lleva unos días de tregua y me está dejando descansar un poquito más.

domingo, 25 de mayo de 2008

A mi niña

Josefa le pidió a Milagros que pronunciara para su hija, la bendición que todas la mujeres de su familia reciben al momento de su nacimiento.
Milagros conjuró el ritual que la hacia madrina de la criatura, puso la mano en la cabeza de su sobrina y dijo:

“Niña que duermes bajo la mirada de Dios, te deseo que no lo pierdas jamás, que vayas por la vida con la paciencia como tu mejor aliada, que conozcas el placer de la generosidad y la paz de los que no esperan nada, que entiendas tus pesares y sepas acompañar los ajenos. Te deseo una mirada limpia, una boca prudente, una nariz comprensiva, unos oídos incapaces de recordar la intriga, unas lágrimas precisas y atemperadas. Te deseo la fe en una vida eterna y el sosiego que tal fe concede".

“Amén" respondió Josefa desde la cama y comenzó a llorar.
“Bueno, puedo ahora decir mi propia bendición?, preguntó Milagros.
Josefa sonrió asintiendo.

“Niña”, (Milagros hablaba con la solemnidad de una sacerdotisa), “te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo el gusto por los cometas, por el agua y los hombres. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria y una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, y en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el futuro como la promesa donde cabe todo lo que aún no sucede. Amén"


“Amén", repitió Josefa profundamente complacida.

Mal de amores. Ángeles Mastretta

viernes, 23 de mayo de 2008

Bañados en cariño

Pues ya van dos fiestas para Sarita, y por extensión para los futuros padres. Ayer mis compañeros del cole, y en especial los de mi curso, nos prepararon un evento inolvidable, con fondue de chocolate, juegos (otra vez con pañales), y millones de regalos para Sara, que nos van comiendo metros cuadrados de casa poquito a poco. Otra fiesta, otra cita en Kaiser (el médico) sobre las fases del parto... esto cada día es más real, y la tripa que sigue creciendo y comiéndole metros cuadrados a cinturillas de pantalones y a la cama, no ayudan a que pase desapercibido el hecho de que sólo me quedan 10 semanas más.
Aun nos quedan 2 baby showers más, a las que ya me estoy acostumbrando. Estas fiestas me están ensanchando el corazón para que me quepa tanta gratitud. Gracias, gracias, gracias.

domingo, 18 de mayo de 2008

De paseo con Sara

Mi niña ha estado en la playa hoy. La he dado un paseíto por Santa Cruz. Ha comido calamares, algo tailandés, la hemos llevado de tiendas... y ha sido súper divertido. Ni me quiero imaginar cómo será cuando en vez de en la tripota, la lleve su padre en la mochila frontal o en el carrito de paseo, o de la mano cuando ya vaya dando sus primeros pasos. No hay prisa. Todo el mundo me dice que el tiempo pasará demasiado rápido una vez esté aquí. Por eso seguiré saboreando sus patadas, estiramientos, hipos y contorsiones. En el fondo, creo que los echaré de menos en unos cuantos meses.

sábado, 17 de mayo de 2008

Ozú, qué caló


Esta semana, San José nos ha castigado con las inclemencias de su tiempo. Termómetros que han rozado los 40 grados (centígrados, se entiende) nos han hecho huir al maldito mall, que odio, pero que me ha salvado la vida. El mercurio también nos ha hecho deleitarnos con batidos y smoothies que a Sarita también le han debido gustar, porque tiene una buena fiesta liada ahí adentro.

Con el calor o sin él, Sarita sigue siendo la protagonista de estos días. El primer evento del cual fue centro de atención sin ella saberlo, fue la baby shower que mis amigas Maite y Dori organizaron con gran cariño para que no le falte de nada al nacer. No sé si vendrá con un pan debajo del brazo o no, pero ropitas y cachibaches diversos, seguro que no le van a faltar. Aparte de todos los regalos que nos hicieron, la baby shower fue un buen momento para reunirme con un montón de amigas, a algunas de las cuales hacía siglos que no veía y para divertirnos. Hubo juegos, comida y regalos. Jamás olvidaré ese día. Aquí os pongo un enlace al blog de Maite, así como a las fotos e incluso vídeos de los juegos.

Sarita también nos ha hecho ir al médico esta semana. Cita rutinaria. Todo marcha bien. Pero todo marcha demasiado rápido. Ya "sólo" me quedan 11 semanas de llevarla cual canguro, y me da pena por un lado, miedo por otro... Por si acaso la cosa se adelanta, ya he hecho mi mini-maleta para el hospital. Y hablando de hospitales, también hemos elegido dónde daremos a luz (lo de daremos es plural de modestia, que se dice, porque la de los empujones seré yo solita).

El calor, por último, me hace sentirme fuera de sitio. Exceptuando el verano de 2003, cuando me casé, no he pasado nunca un verano fuera de Madrid. Siento que no debería estar aquí, una extraña y falsa sensación de que dentro de poco estaré en un avión, y que dentro de poquito más me estaré tomando unas tapas tan feliz sentada en la plaza de Los Belgas o de Los Arroyos. Nada más lejos de la realidad. Con el calor viene un verano de lo más atípico, más de lo que me puedo imaginar, eso seguro. Pero un verano que no cambiaría por nada en el mundo.

Cómo mola...

...televisión española.

Hay pequeñas cosas, como a las que le cantaba Serrat, que nos hacen felices. Cosas nimias y triviales, pero que a veces suponen la diferencia entre un día más y un día especial. Y hoy ha sido uno de los especiales gracias a www.rtve.es/alacarta. Gracias a este espacio en La Red mi madre podrá seguir su tan deseado concurso (Saber y Ganar), su serie (Amar En Tiempos Revueltos), sus noticias... Y yo, gracias a él, hoy he vuelto a escuchar la voz de Jordi y de Juanjo, que no oía desde navidades. He empezado a ver una serie nueva. He visto a Raúl con la Copa de La Liga en la sede del gobierno de Madrid y a Esperanza Aguirre con la camiseta conmemorativa. Y Vinh ha visto una gran sonrisa en mi cara infantil, iluminada por los rayos catódicos infiltrados en Internet.

domingo, 4 de mayo de 2008

31


sábado, 3 de mayo de 2008

morriÑa

Las fiestas del 2 de mayo, o quizá el olor a café del desyuno de Vinh, o simplemente el hecho de que "ya tocaba" me hacen amanecer y rastrear google images, buscando fotos de Madrid. De cualquier lugar. De noticias. Hoy necesito saber que Madrid sigue allí, que la puedo ver con un click, con el pasar de una página de mi álbum, y lo más importante: necesito que Madrid sepa que me acuerdo de ella, que la busco y la añoro, y que las lagrimillas que se me escapan son sanas; sanas, buenas, y hasta necesarias añadiría yo. Esas lagrimillas pese a los 7 años que las lloro me demuestran que quedan ganas de volver, muchas ganas. Las lagrimillas son lan la únicca evidencia física de mi morriña.
Enrique Rodríguez Alvarez relata lo que significa la morriña. Él habla de lo que ella significa en especial para los gallegos aun siendo un sentimiento universal en todos los seres humanos. Pero yo he de acuñar sus palabras y transfigurar algunas de ellas en cierta medida para afirmar que a los madrileños también nos pasa la morriña. Así queda explicado:

La morriña de aquel que un día ---sin desearlo---dejó atrás su mujer y sus hijos, su casa en la aldea, su amada y verde campiña, y emprende viaje hacia tierras desconocidas y no pocas veces ingratas, donde permanece lejos de todo lo que ama, donde los años transcurren en silencio cómplice con la tristeza...esa morriña llega a convertirse en un sentimiento que desgarra el alma. Morriña del emigrante que lloró la muerte de sus padres sin volverles a ver... y quizás, acolitado por esa misma morriña, también le llegó la muerte sin volver a ver su tierra. Como esa morriña no hay otra igual y hay que ser emigrante para comprenderla a fondo.


Así pasan los años, ya muertos nuestros padres, nos llega el momento en que nos liberamos de todo lo que nos ata en el entorno del día a día y entonces, llegamos a nuestra ciudad por primera vez. Llevábamos, como equipaje del alma el "álbum de recuerdos" que hicimos desde pequeño... en la garganta un nudo de profunda emoción...y una lágrima delatora empaña nuestra mirada ansiosa. (...) y reconozco todos los lugares que guardaba en la lembranza de mi memoria. Emocionarme hasta lo mas profundo de mi ser con el abrazo apretado y salpicado de lágrimas de esa familia (...) Es entonces cuando recibimos, lo que he dado en llamar, el bautizo con Auga Meiga, agua nacida de las lágrimas que no se pueden contener. Desde ese día hasta el último de nuestra existencia, viviremos la eterna morriña por volver a ésa nuestra tierra que nos embrujó robándonos el alma. Porque Madrid vivió siempre, sigue viviendo y vivirá por siempre en nosotros... porque somos de madrileños.

Para leer el artículo oríginal, podéis acudir a este enlace .