
Estoy aquí de nuevo, en America. Ha pasado todo un año desde la última vez que estuviéramos aquí; un año con sus navidades, su primavera, su otoño y dos veranos, pero a pesar de ello... es como si ese año en Madrid hubiera sido más bien unas vacaciones, como antaño, como cuando vivíamos aquí.
¿No es raro cómo el tiempo es tan relativo, y juega con los recuerdos y las experiencias? Me da rabia que así sea, porque al estar aquí en San José y sentir que este último curso escolar nunca existió, me da la sensación de que este país me roba la sustancia, y francamente, deseo que pudiera cambiar esa sensación.
San Jose nos ha recibido sin cambios, y San Francisco, tres cuartos de lo mismo, aunque con un clima mucho más amable que el de Madrid. La familia a este lado del continente sigue como siempre... y es que tampoco cabía esperar que las cosas fueran a cambiar mucho en 13 meses. Más bien somos nosotras las personas las que cambiamos.
Estas próximas semanas usaré mis fotos para recordarme que sí, que hemos estado en casa un año, y que aunque estemos aquí otros cuantos años, esto no es mi casa, porque como dicen los americanos "home is where the heart is" (el hogar está allá donde esté el corazón).